Diciembre ha comenzado con una crudeza insoportable. En apenas 12 días, cuatro mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España, dejando siete menores en situación de orfandad. Con estos crímenes, el número de mujeres asesinadas en 2025 asciende a 45, y desde 2003, año en el que se inició el registro oficial, son ya 1.340 las víctimas mortales de violencia de género. A ello se suma el reciente fallecimiento de una mujer de 43 años en Catarroja (Valencia), tras una brutal agresión presuntamente cometida por su pareja y pendiente de confirmación como caso de violencia machista.

Los datos vuelven a mostrar el carácter estructural de esta violencia y desmontan cualquier intento de negación o minimización. Cada asesinato, cada agresión y cada denuncia evidencian la profundidad del problema y la necesidad de reforzar los recursos públicos destinados a su prevención y erradicación.

La gravedad del momento se ve acentuada por el aumento de denuncias y casos de violencia sexual, abusos de poder y agresiones en ámbitos como la política, la cultura, la música y el deporte. Estas situaciones demuestran que la desigualdad, la impunidad y los abusos siguen profundamente arraigados en las estructuras sociales y en las jerarquías de poder, donde el silencio y el miedo continúan actuando como mecanismos de control.

En esta semana marcada por el Día Internacional de los Derechos Humanos, UGT recuerda que los derechos de las mujeres son derechos humanos, y que su vulneración exige una acción firme y coordinada desde todos los espacios: institucionales, sociales, educativos y laborales.

Desde UGT denunciamos que, frente a la desfachatez de los discursos negacionistas presentes incluso en instituciones del Estado, las violencias machistas no solo persisten, sino que en muchos casos están aumentando, tal como demuestran reiteradamente las estadísticas.

Además, alertamos del incremento de la explotación sexual, especialmente a través de medios digitales, redes sociales y plataformas que están facilitando la expansión de un negocio delictivo que afecta especialmente a mujeres jóvenes y menores. 
La violencia contra las mujeres es un problema político y social de primer orden que implica un déficit democrático que debe ser abordado sin dilaciones y sin escatimar recursos. En España las cifras de violencia son intolerables: mujeres asesinadas en contextos de pareja y expareja, feminicidios sexuales, familiares y sociales, violencia vicaria, agresiones y violaciones en aumento, acoso sexual y por razón de sexo —especialmente presentes en el ámbito laboral—, y la persistencia de la trata con fines de explotación sexual.

Frente a esta realidad, UGT exige tolerancia cero ante todas las formas de violencia machista, reforzando la educación en igualdad desde edades tempranas. Además, exigimos a los gobiernos central, autonómicos y locales que garanticen servicios públicos especializados, accesibles, estables y considerados esenciales, capaces de ofrecer atención integral a las víctimas las 24 horas del día, los 365 días del año.

También subrayamos la importancia del ámbito laboral en la recuperación y autonomía de las mujeres supervivientes y reclamamos la revisión y el refuerzo de las políticas activas de empleo. El acoso sexual y por razón de sexo sigue profundamente invisibilizado y exige la mejora de los instrumentos estadísticos que permitan abordarlo eficazmente.

Desde UGT continuamos formando a nuestra estructura y plantillas, así como a delegadas y delegados para que actúen como barrera frente a cualquier manifestación de violencia. Seguimos negociando y aplicando protocolos de acoso sexual y por razón de sexo, promoviendo planes de igualdad que eliminen discriminaciones y estereotipos, mejorando los derechos laborales de las mujeres víctimas de violencia, colaborando con administraciones y asociaciones de mujeres y asesorando a todas las víctimas y supervivientes que lo necesiten.

UGT hace un llamamiento a las trabajadoras, los trabajadores y al conjunto de la ciudadanía a mantenerse firmes frente a cualquier retroceso y a participar activamente en la defensa de los derechos de las mujeres y en la lucha contra todas las formas de violencia machista.