UGT se ha posicionado rotundamente y, desde el primer día, contra las acciones bélicas contra el pueblo ucraniano por parte del Gobierno de Putin, y contra la dura represión que sufren las personas rusas que claman por la paz.

Como en tantas otras ocasiones, es la población civil, la clase trabajadora, la que está sufriendo con más rigor la pérdida de vidas, las mutilaciones, la destrucción de viviendas e infraestructuras. La escasez y el aumento del coste de todo tipo de productos en Ucrania. A su vez, la población rusa paga mayoritariamente, los delirios de la oligarquía rusa, muchos jóvenes son obligados a ir a la guerra y la población más vulnerable sufre las acciones económicas contra Rusia.

UGT sigue exigiendo el alto el fuego inmediato, la retirada de las tropas rusas y el fin de los bombardeos en territorio ucraniano y reclama el diálogo como la única alternativa posible para alcanzar una paz estable y duradera, teniendo en cuenta que no se puede igualar a los invasores con los invadidos. Quien ha violado el derecho internacional ha sido el Gobierno ruso.

El sindicato muestra su solidaridad y apoyo a las organizaciones sindicales hermanas en la Confederación Sindical Internacional (CSI), VOST, KVPU y FPU, estas dos últimas también miembros de la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Organizaciones que además de sufrir los horrores de la guerra, llevan año siendo víctimas de políticas antisindicales, de cuestionable calidad democrática.

UGT pide al Gobierno de España que avance en la apuesta por la paz y el fin de la guerra, tomando un papel claro a favor de la celebración de una Conferencia de la Paz. Asimismo, pide a la Unión Europea, que haga valer su papel como promotor del Derecho Internacional y ponga todas las herramientas necesarias para facilitar el fin del conflicto de manera urgente. Es necesaria una reflexión seria sobre su papel en alguna de las causas que han servido a algunos para justificar la invasión.  No hay nada mejor contra la guerra que la lucha por la justicia social y tener la paz y el progreso, como motor y objetivo de todas las políticas.