Pepe Álvarez: "La paciencia con el Gobierno se acabó, los acuerdos deben convertirse en decreto ley"

Fecha: 04 Feb 2019

Entrevista a Pepe Álvarez en el diario "Público"


El secretario general de la UGT, Pepe Alvárez, (Belmonte de Miranda, Asturias, 1956) avisa al Gobierno que se acabó el tiempo de las reuniones. Quiere que lo acordado con el Gobierno se lleve a la práctica y, para ello, no dudará en plantear movilizaciones que lleven a Pedro Sánchez a cumplir con la palabra dada.

No obstante, matiza que no busca desgastar al Gobierno, pero no cejará hasta que los pactos alcanzados aparezcan en el BOE. Se siente plenamente integrado en el feminismo y avisa a Vox de que la UGT combatirá activamente "las sandeces" que dice el partido ultraderechista contra las mujeres. También cree que el Gobierno ha presentado unos buenos Presupuestos y pide a los partidos independentistas catalanes que los respalden, porque avisa que ni los sindicatos ni Catalunya entenderían otra posición.

En los actos por el 130 aniversario de la fundación de la UGT ha tomado aún más conciencia de lo que ha supuesto la historia de este sindicato y, aunque admite que el movimiento sindical puede estar algo enfermo, mantiene que de salud no sigue tan mal como se ha publicado.

Quiere volver a conquistar "el corazón de los trabajadores", sobre todo de los aquellos imbuidos en el modernismo, para que que al final no sean "instrumentos de la explotación", afirma en el más pura jerga sindical. Ni que decir tiene que es un convencido de que el "paraguas" sindical sigue siendo para los trabajadores más necesario que nunca.

Por empezar por el paro que es tema que más preocupa a los españoles. Los datos de la última EPA reflejan unos datos de empleo similares a 2008, donde los partidos ya prometían en sus programas el pleno empleo, ¿Vamos ésta vez hacia ahí?

Yo discuto la mayor. Detrás de los números de la EPA hay una media verdad, porque hay muchos más contratos a tiempo parcial de los que había en 2008. Es verdad que se han recuperado las personas empleadas pero los empleos, en cuantía de tiempo, no se han recuperado. Hay un reparto del salario y del trabajo que es lo que nos lleva a que tengamos seis millones de personas que trabajan y que están, algunos en la exclusión social, y otros al borde de la exclusión social. No es el mismo escenario que en 2008. Con una cotización de casi 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, ¿cómo es posible que haya una situación de déficit cuando en aquel momento tenía una situación de superávit? Y no es sólo por el incremento en las pensiones, sino que tiene que ver con que el trabajo que se genera es de mucha menos calidad, es más temporal y a tiempo parcial. El fondo del debate es el que teníamos en el 2008 y en 1996, es si España cambia de ritmo desde el punto de vista de empleo que tiene y sí hay un cambio productivo o no. Eso nos tiene que llevar a otra senda que debe generar empleo de calidad y salarios dignos.

¿Y eso es reversible? ¿La precariedad o los sueldos indignos han venido para quedarse?

Los que dicen que esto es gracias a la reforma del PP y enfatizan en eso, lo que quieren es que las cosas sigan así, que son los ultraliberales, a quienes esto les da igual, creen que los trabajadores son máquinas y no tienen más valor que el Productor Interior Bruto del país. Los que creemos en una sociedad cohesionada, socialmente justa y que reparta la riqueza pues creemos que es reversible. La gente que se deja seducir por estas ideas ultraliberales tiene que saber que eso determina que tenga un país que se parezca más a Alemania o más a Marruecos. Y, hoy, España se parece más a Marruecos de lo que se parecía en el año 2000. Nosotros no vamos a parar para revertir esta situación, y se puede.

¿Y Como se puede conseguir que los trabajadores vuelvan a tener sueldos dignos? ¿Cómo se consigue cuando enfrente tienen a alguien que dice que le parece normal tener un sueldo de 300.000 euros al año, como es el presidente de la patronal?

Primero, desmontando la reforma laboral del PP, que creo que no ha tenido sentido nunca. Puedo, incluso, discutir a quien diga que en el año 2012 con las crisis había que hacerlo, Pero eso es pasado y no se puede mantener hasta el infinito, porque el infinito nos lleva a Marruecos. Por tanto hay que revertir estos elementos para que nos permitan crear un empleo que sea suficiente para mantener los niveles de derecho sociales, laborales de una país que quiere mirar a Alemania. Ese es el primer punto, pero es suficiente. El Estado tiene que poner en marcha políticas industriales, y no me estoy refiriendo a fábricas con chimeneas, sino a la industria de hoy, el 4.0, la digitalización, el desarrollo. En ese punto España tiene que tomar decisiones que se mantengan en el tiempo. incluso en la Formación Profesional. Zapatero hizo un gran esfuerzo, pero con la crisis el Gobierno de Rajoy se lo llevó todo por delante, y eso es lo único que no se podía llevar por delante ninguna situación de crisis, porque eso es lo que nos va a permitir de ser un país de unas características determinadas en el futuro Esto hay que hacerlo desde todas las Administraciones y utilizando todos los instrumentos que tenemos a nuestro alcance.

Por eso, menos "rolletes" de banderas y que la marca España vende, porque cuando miras detrás de muchos productos son royalties que compramos en el extranjero. Aquí quiero centros de investigación, y si hay alta velocidad española quiero saber dónde se investiga y qué equipos tienen. Y si no hay eso, el Estado tiene que volcarse, para que no acabemos aquí ensamblando La marca.España tiene que ser un país de valor añadido de los productos que tiene. Y eso vale también para el turismo, más allá de que haya cuatro turistas más o menos que el año anterior. Eso no es el problema . Hay que acabar con la utilización de pisos particulares para pisos turísticos. Necesitamos hoteles, y de cuanta más calidad mejor, con trabajadores formados, con contratos indefinidos, que sean la imagen de ese país. Tenemos que conseguir que venga gente a España por lo que es y no por el precio que tiene. Estos son los elementos que nos ayudarán a mirar a Europa. Y eso ni lo hizo el Gobierno de Felipe González, ni el de Aznar, algunos indicios dio el Gobierno de Zapatero pero no se consolidó, y con Rajoy este debate lo tuvimos, pero no se acabó de hacer. Nosotros hasta planteamos un pacto de Estado. Por ello, me cuesta entender que alguien que tenga una salario de 300.000 euros a la vez defienda que el Salario Mínimo Interprofesional en 900 euros no se puede pagar, o si aprieta a las empresas no van a crear empleo. Quien crea empleo es el país, si no hay quien consumo no se va a crear empleo o si no tenemos atractivos para que venga de fuera a consumir.

Es cierto que se ha creado empleo, pero fundamentalmente para los hombres. La brecha salarial crece. ¿Cómo afronta la UGT esto? ¿Tiene alguna política concreta? ¿Les preocupa?

R.- Nos preocupa muchísimo. Pero no es que se esté creando empleo solamente masculino, se crea mucho empleo femenino, el problema es que las mujeres están entrando en profesiones de más bajo nivel, con salarios más bajos, con contratos más temporales y a más a tiempo parcial. Y hay que acabar con esa situación. Esto tiene que ver con los propios sistema de formación y de entrada al trabajo por parte de la mujer, y con que realmente se hagan políticas que incentiven la entrada de la mujer en el mundo del trabajo.Hay toda una serie de cuestiones que tenemos que trabajar a fondo. Dentro de poco vamos a celebrar el 8 de marzo, que es un día que nos gusta mucho a la UGT. Y vamos a hacer un balance. El 8-M del año pasado fue una explosión de feminismo, pero de feminismo integrador, que no expulsa a los hombres. Yo me siento plenamente integrado en ese feminismo porque yo no puedo vivir en un país en el que la persona que tengo al lado tenga menos derechos que yo. Así no puedo ser libre.

Cuando hago balance de hace un año, el otro se lo dije a la vicepresidenta del Gobierno, creo que estamos peor, porque no hemos avanzado nada y porque hay un fenómeno social que ha aparecido y que descarnadamente intenta introducir elementos de confrontación entre el hombre y la mujer, que es Vox. Hasta ahora no estaba presente, aunque seguramente existía, pero no lo decían porque en el fondo sentían vergüenza, y deberían sentir vergüenza hoy por lo que dicen. Estamos escuchando cosas que nos parecía imposible que pudieran ser objeto de explicación. Esos fenómenos, nosotros como sindicato, los vamos a combatir. Y los vamos a combatir más activamente que en el pasado para que, en la medida en que podamos, las personas que se puedan sentir representadas por nosotros sean conscientes de hasta qué punto esta es una lacra que hay que erradicar de este país. No se puede dar ni un paso atrás, ni frenar el ritmo de avance hacia la igualdad y para acabar con la brecha salarial.

¿Van a llamar a la huelga general el 8-M?

El 8-M nosotros vamos a hacer una convocatoria de dos horas de huelga general. Una huelga de 24 horas en este país no hay condiciones para hacerla por un tema de estas características, porque sería ir a una huelga arrancada a base de piquetes Y nosotros lo que queremos con este planteamiento es que haya huelga y también que sea una jornada de debate, de lucha, de visualización, de participación de los hombres. Me parece más interesante durante esas dos horas poder hacer una asamblea en una empresa en la que haya más hombres que mujeres trabajando, para que los hombres tengamos conciencia de la esta situación y situarnos al lado de esta causa justa, que hacerla solo de mujeres. Es una jornada de lucha, de movilización y de debate y de puesta en evidencia de esta necesidad. Y también de combate a la extrema derecha, aunque no sólo la extrema derecha dice sandeces en este asunto. Porque el número de denuncias falsas en violencia de género es ridículo, lo que no es ridículo son los asesinatos y las amenazas. Muchas mañanas pienso cuántas mujeres de mi país hoy se han levantado con miedo, y van a ir a trabajar o se quedan en casa con miedo, Me parece suficientemente importante para que esto no lo comparemos con nada, porque cuando se compara lo que en el fondo se quiere es omitir y hacerlo desaparecer.

¿La llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa le ha dado “vidilla” a los sindicatos, que estuvieron casi desaparecidos o ninguneados en la etapa de Rajoy? ¿Cómo son las relaciones con el Gobierno? ¿No hay mucha reunión y poca concreción?

Me gusta ser justo y claro. Con el PP diálogo ha habido, y con la ministra Báñez ha habido algunas cosas positivas en el diálogo social. Con Rajoy menos. Eso sí, concreción con el Gobierno de Rajoy, poquita. Ustedes dicen que nos ha dado “vidilla” Pedro Sánchez, pero nosotros a él también. Es cierto que con el Gobierno de Pedro Sánchez hay más fluidez y coincidencias importantes, muy en las líneas que él planteó en el debate de la moción de censura. En estos momentos, hay un paquete de medidas que están acordadas. Buenos, lo voy a decir de otra manera, porque no tenemos un texto. Tenemos posiciones comunes, pero no acaban de aparecer en el BOE por diferentes factores. Desde la UGT estamos intentando eliminar estos factores. Por ejemplo, tengo que decir que el PDyC por parte de la UGT no es ningún impedimento y se puede llegar a un acuerdo. Me refiero tanto a Presupuestos como en materia de reforma laboral. Podemos llegar a un acuerdo, y UGT puede avanzar en esa negociación y solventarse algunos de los problemas graves de la reforma laboral de PP.

En pensiones, se trata de derogar la reforma de 2013 de Rajoy volver al pacto de 2011. Es la condición para empezar a hablar. Desde la reglamentación que pactamos en el 2011 con Zapatero. Y ahí, salvo algún verso suelto, no del Consejo de Ministros, sino de altos representantes del Gobierno, parece que teníamos que tener el acuerdo cerrado. La patronal no ha contestado, porque tiene una salida muy difícil y también piensa que no tiene nada que ganar. Pero aquí hay una cuestión que nos podemos replantear. Desde 1996 la cotización de las empresas a la Seguridad Social ha bajado cuatro puntos, fundamentalmente con el argumento entonces de que el fondo de reserva era muy grande y tenía superávit. Esos cuatro puntos no dejan de ser salario diferido que se pasa a las empresas, esta es la realidad, por lo que también podemos entrar de manera inmediata en ver si la recuperación de los recursos necesarios para pagar las pensiones tienen que hacerse sólo con fórmulas nuevas o con el porcentaje de cotización de las empresas, que podemos poner encima de la mesa. Por eso sería bueno que la patronal se siente y negocie.

Luego hay tres temas que hay un consenso cerrado. La prevalencia del Convenio del sector por encima del Convenio de empresa, que es un tema importantísimo, porque se hacen convenios de empresa a la baja para luego poder concursar y llevarte la oferta, aunque luego lo que pase con el servicio tiene una importancia relativa. Otro asunto es el control horarios. Imprescindible. No es volver al siglo pasado como dicen algunos. Las horas extras que se hacen no se declaran y en muchos casos ni se pagan, y los contratos de cuatro horas se prolongan el tiempo que quieren. El Estado no tiene ningún mecanismo para poder controlar esa situación ni con inspectores de Trabajo. Esto es imprescindible para poder acabar con la esclavitud e instaurar el trabajo decente. Por tanto, que nadie se lo tome a cachondeo. Y hay mecanismo para hacer este control de horarios. El tercer punto, donde también hay un acuerdo, es restaurar el carácter indefinido de los convenios, es decir, restaurar la ultraactividad. Algunas empresas con unos beneficios alucinantes, como es el caso de Endesa, son unos golfos. Desde primeros de año le han bajado el sueldo a los empleados y les han quitado las tarifas a los jubilados. Y los que defienden esto son unos patriotas formidables. Estos son los temas que están cerrados pero no están vigor.

¿Y qué piensan hacer?

Por nosotros no va a quedar para que estos temas vayan al BOE. El Gobierno tiene que ser consciente de que nuestra paciencia ya se ha acabado. Llevamos desde septiembre diciendo que hay que pasar las palabras a los hechos. De decir, al boletín oficial. Ya no hay más tiempo. Por eso hemos convocado los dos sindicatos una asamblea de delegados el día 8 de febrero en Madrid porque vamos a ir un proceso de movilizaciones, para que el Gobierno sea consciente de que más allá de los poderes fácticos, del presidente de la CEOE, de la Comisión Europea o de la ministra de Economía, la gente que llevó a este presidente a La Moncloa, que fue la que votó por los partidos que le dieron apoyo a la moción de censura, quiere que actúen. Esos son más importantes que todos los poderes fácticos que puedan tener. Este papel el PSOE lo debería de recibir no como una agresión, sino como un elemento que le obliga que la llegada al Gobierno no les aleje del compromiso con su gente. Nosotros no tenemos interés en erosionar al Gobierno, pero sí que el Gobierno haga políticas que beneficien a nuestra gente. La UGT tiene que hacer de contrapoder. Y eso fue vital en 1988 con Nicolás Redondo y aquella huelga general, y lo es hoy para intentar reequilibrar los poderes y conseguir nuestro objetivo, que no es otro que redistribuir la riqueza y mejorar la vida de la gente de este país.

Queremos una reacción positiva del Gobierno y, tras estas movilizaciones, ya solo quedará la intimidad del Consejo de Ministros para que todo esto se convierta en decretos leyes. Nada de proyectos de ley. Porque este secuestro que hace PP y Ciudadanos de la Mesa del Congreso se tiene que acabar, y el Gobierno no tiene que tener ningún complejo. Desvergúenza es la que tienen PP y Ciudadanos secuestrando la inmensa mayoría de las leyes sociales de este país, impidiendo que se debatan en tiempo y forma en el pleno del Congreso. Hacerlo por vía decreto en temas necesario y teniendo una mesa del parlamento que no refleja la soberanía popular, no puede suponer ningún complejo.Y luego que lo abran como proyecto de ley si quieren.

¿Qué opinan del proyecto de Presupuestos Generales del Estado?

Nos parece que representan un cambio cualitativo extraordinario con respecto a los Presupuestos que estábamos teniendo en los últimos años. Representa un giro en la política económica que a nosotros nos parece altamente positivo. Creemos que debería aprobarse, porque es el inicio de un proceso de recuperación de derechos y de capacidad recaudatoria de impuestos del Estado. Porque hay que empezar a decir las cosas claras: el "rollito" este de que te bajo los impuestos y te mantengo los servicios, no se lo cree nadie. Seamos serios. No es posible. Y el Estado tiene dos maneras para reequilibrar la riqueza que se genera: una es la negociación colectiva y por eso hay que recuperar los convenios; y el otro es lo impuestos. Este Presupuesto abre el camino.

Entonces, ¿Desde la UGT se pide a los partidos que apoyaron la moción de censura que los respalden?

Nuestro mensaje es claro y también lo ha dicho la UGT de Catalunya. No hay ninguna razón para que estos Presupuestos no tengan luz verde, y si hay alguna razón es la de mantener privilegios de unos pocos. Si desglosamos las partidas, tenemos posiciones más críticas con algunas partes del Presupuesto, pero hay que empezar a ser generoso desde el punto de vista de lo que es posible, porque hay una mayoría en el Parlamento con un cierto sesgo interclasista y ahí hay que jugar. Pero es un salto cualitativo muy importante. Los partidos independentistas en ningún caso tienen  justificación para no llevar adelante estos Presupuesto, y si es así, en Catalunya no los van a entender. De hecho, nosotros no los entendemos.

Para estos decretos que piden al Gobierno que apruebe ¿Le han dado un plazo?

R.- Nosotros sí nos hemos marcado un plazo, que es que empiezan las movilizaciones. La intensidad dependerá de capacidad que tenga el Gobierno de ir resolviendo. Tenemos nuestra asamblea el 8 de febrero, el 8 de marzo, el 1 de mayo. Hay fechas para que el Gobierno vea que esto puede subir de tono. Y si quieres convocar una actuación de mayor enjundia, no la haces poniendo plazo, sino creando las condiciones.

Finalmente, UGT acaba de cumplir 130 años. ¿Cómo el futuro de los sindicatos? ¿No hay una sensación de están a la baja?

R.- Esa sensación también la había en 1986 cuando Solchaga decía que los sindicatos estábamos caducos, y ya ha llovido. Estaremos muy enfermos, pero tenemos una salud que no está del todo mal. Con 130 años, la UGT ha pasado a lo largo de su historia por situaciones de una naturaleza y de otra, aunque no sé si tan profundas como las que hay ahora, Los sindicatos tenemos una salud importante en los centros de trabajo donde estamos presentes, que son los centros donde hay un mayor número de trabajadores, donde la gente tiene libertad para afiliarse a los sindicatos y hay mejores salarios y condiciones. Por tanto, no se nos puede decir que hacemos una mala labor, porque eso no es verdad. Luego hay una parte de los trabajadores de este país, que cada día es más importante, que están fuera de ese paraguas. Es verdad que durante estos últimos años hemos perdido demasiado tiempo mirándonos a nosotros mismos y no hemos sido capaces de ver cómo extender ese paraguas. Ahora también van a intentar que sigamos mirándonos a nosotros, porque extender ese paraguas sobre esos trabajadores quiere decir que muchos van a perder privilegios y bajará la cuenta de resultados. Por lo que no va a ser una tarea tan sencilla. Y lo digo por la "bromita" esta de las mariscada. ¿Qué estamos haciendo? En los últimos años todo ha ido dirigido a ese segmento de la población, aunque no sé si lo perciben o no. Cuando planteamos un salario mínimo de 1.000 euros estamos pensando en ese segmento de la población, que están en unas condiciones indecentes; cuando planteamos que el convenio sectorial esté por encima del de la empresa, también estamos pensado en esos trabajadores, o cuando queremos instaurar el control horario. En la medida que consigamos derechos para eso colectivos, creo que el paraguas de los sindicatos va a ir acogiendo a más gente.

Hay otra parte que aparece con las plataformas digitales, que me recuerdan a la plaza del pueblo de finales del XIX o principios del XX, donde iban a seleccionar a los trabajadores que querían. Tanto modernismo para que al final sean instrumentos de la explotación me parece que tiene un cierto grado de indecencia. Ahí estamos trabajando ,pero tenemos muchas dificultades para entrar .Porque es gente que no hay oído hablar del sindicato, y si ha oído algo del sindicato es lo de la mariscada. Son gente que trabaja dos horas o cuatro horas, y para ello es un trabajo de paso. Ir a ver como penetramos y organizamos no es sencillo, aunque queremos hacerlo.. Hemos constituido una plataforma digital sindical, que sea el punto en el que esos colectivos puedan entrar sin cuota, sin afiliación sindical si no quieren, con un asesoramiento básico, que podemos empezar a organizar. En algunas empresas hemos conseguido crear organización sindical, como en el caso de Globo, que tenemos sección sindical. Pero todo ello lo estamos haciendo con recursos  recursos  de afiliados al sindicato que pagan la cuota, y parte de esos recursos los estamos utilizando para hacer esto. Porque la gente piensa que esto de los sindicatos llueve del cielo, pero tiene que saber que la subvención en Francia está por encima de los 100 millones, mientras que en España está en siete millones para todos los sindicatos. A mí me preocupa mucho que no seamos capaces de pensar en el sindicato que a pesar de esta situación que hemos vivido, aunque no ha sido tan dura como se ha publicado, tenemos que conseguir el corazón de los trabajadores para que nos vean con simpatía en la calle. Por eso tenemos que hacer este esfuerzo, porque cada día hay mas trabajadores que están fuera de ese paraguas, y eso va en contra de quienes están en el paraguas y, por supuesto, de los que están fuera, que ven que llueve y no tiene techo.


► Entrevista en Público

Fuente: Público