La semana laboral de 32 horas, beneficiosa para las empresas y las personas trabajadoras

El consultorio monográfico laboral aborda esta semana la necesidad de disminuir el tiempo de trabajo en el marco de la nueva economía digital


Una semana más, el consultorio laboral monográfico de UGT resuelve las dudas de los trabajadores y trabajadoras realizadas a través del WhatsApp 682 403 638, abierto por el sindicato durante la pandemia y que ya ha solucionado más de 500.000 consultas. 

La reducción del tiempo de trabajo es una de las reivindicaciones que la Unión General de Trabajadores lleva realizando desde hace tiempo. En este sentido, reducir la jornada laboral a 32 horas semanales sería muy beneficioso tanto para las empresas como para las personas trabajadoras, además de la economía del país, al contribuir a disminuir el paro, favorecer la conciliación, aumentar la productividad e impulsar la calidad de vida de la población de nuestro país. 

De esta forma, para Álvaro Rísquez, técnico del Servicio de Estudios Confederal de UGT, “esta medida es totalmente viable y hay muchas razones para implantarla. El principal motivo es ofrecer una salida justa y democrática a la crisis, ya que esta propuesta tiene beneficios vinculados a la Agenda 2030 y al Pilar Europeo de Derechos Sociales, que además insta a los Estados a reducir los tiempos de trabajo”.

De esta forma, “es necesario redistribuir las horas de trabajo para corregir el paro crónico que existe en nuestro país, también favorecer la conciliación y corresponsabilidad y producir una mejora de la calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras”, ha considerado.

Sin reducción salarial y con otras medidas complementarias

Para Álvaro Rísquez, esta medida se debe llevar a cabo sin reducción salarial. “Muchos trabajadores y trabajadoras no tienen margen para ver reducidos sus salarios. El salario medio neto en España es de 1.000 euros mensuales y la mayor parte va a pagar los gastos de casa. Además, es bueno para la capacidad de consumo y demanda interna y para la capacidad de crecimiento de la economía. Por justicia social y redistributiva, se debe hacer manteniendo los salarios”.

Además, para asegurar la eficacia de esta medida, debe ir acompañada de otras políticas complementarias que consigan dotarla de una eficacia máxima. “Mejorar el sistema de registro horario, para que la jornada laboral no se extienda por encima del límite legal, como pasa ahora; un apoyo público que permita la viabilidad de esta propuesta en el corto plazo, para garantizar que en muchos sectores de microempresas, negocios de proximidad…puedan beneficiarse de esta medida; y, sobre todo, la derogación de las reformas laborales. Necesitamos un marco laboral más justo y eficiente que consiga que esta medida cree empleo de calidad”. 

“En algunos sectores será más fácil y sencillo implantar la semana de 4 días, en otros será más idóneo reducir diariamente la jornada…”, ha considerado. En todo caso, “será la negociación colectiva la que debe dirimir la realidad de cada sector y definir cuál es la fórmula más idónea”. 

Ayudaría a facilitar el reparto de la conciliación, disminuir el paro y aumentar el nivel de vida

El consultorio ha tenido también la participación de Jon Bernat Zubiri, doctor en Economía por la Universidad de Grenoble y docente en la UPV/EHU, que ha afirmado que “las grandes patronales siempre han sido reticentes a reducir el tiempo de trabajo y a subir los salarios mínimos. Ha pasado ya un siglo desde la implantación de la jornada de 8 horas, y ya se hace imprescindible ir hacia la jornada de 4 horas, sobre todo con la llegada de la digitalización”.

Para Jon Bernat, “esta medida es estructural y ayudaría a solucionar el problema del paro crónico, la dualidad entre hombres y mujeres en el mercado laboral, el problema del reparto de los cuidados  y el del reparto de los aumentos de productividad, que siempre van a parar a manos del capital”.

De esta forma, ha considerado que “la mejora productiva de la economía se debe repartir entre los trabajadores y trabajadoras, no solo en el capital. También debe ayudar a la conciliación entre hombres y mujeres, porque son mayoritariamente las mujeres las que realizan las tareas de cuidados en casa. Y también reduciría el paro al generar tiempo para nuevos empleos. Esta medida es la forma más barata de mejorar estos elementos”. 

En relación a quién debe financiar esta medida, Jon Bernat considera que “deberían ser las empresas las que sufragasen con los gastos, ya que históricamente los beneficios han ido a parar a sus arcas, no a los bolsillos de las personas trabajadoras a través de los salarios”. 

En cualquier caso, “para que beneficie a todas las empresas, las grandes y las pequeñas, debería buscarse un modelo de financiación solidaria, bien por una parte del impuesto de sociedades, bien por el impuesto de facturación…hacer una cuota empresarial y que los costes de nuevas contrataciones por reducción de tiempo de trabajo se pudiesen bonificar. Al final, el aumento de recaudación por esta medida va directamente al Estado”. 

Fuente: UGT