UGT rechaza las operaciones de EEUU en Venezuela y el Caribe y alerta del riesgo de la subida de la tensión en la región
El sindicato reafirma su apoyo absoluto a la soberanía, integridad territorial y autodeterminación de los pueblos latinoamericanos
Fecha: 20 Oct 2025
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) expresa su más enérgico rechazo a la autorización anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que la CIA lleve a cabo operaciones encubiertas dentro del territorio de la República Bolivariana de Venezuela y en aguas del Caribe.
El despliegue militar estadounidense —que incluye navíos de guerra, vuelos de bombarderos B-52 en la zona del Caribe y múltiples ataques a embarcaciones— representa un gravísimo precedente en las relaciones internacionales y una amenaza directa a la soberanía, la estabilidad y la paz en la región caribeña. Pero más allá de esto, la utilización de mecanismos de inteligencia militar estadounidense en América Latina recuerda a alguna de las páginas más oscuras de la historia de la región, marcadas por golpes de Estado y operaciones clandestinas que buscaron someter la voluntad democrática de los pueblos latinoamericanos a los intereses geopolíticos de Washington y que resultaron en dictaduras militares, persecución y asesinatos de dirigentes sindicales y sociales, represión de la libertad de Expresión y violaciones de Derechos humanos. UGT recuerda que el marco para la resolución de conflictos siempre debe estar basado en el derecho internacional y en ningún caso en el sometimiento de los pueblos.
Desde Guatemala en 1954 hasta Chile en 1973, pasando por Nicaragua, Argentina, Panamá o Haití; América Latina ha sufrido las consecuencias de la injerencia exterior y de la CIA bajo distintas justificaciones que siempre resultaron en la subyugación de gobiernos soberanos. Hoy, cuando la comunidad internacional sigue apostando y exigiendo diálogo y cooperación, la actitud de Trump devuelve a América del Sur al riesgo de la confrontación y del intervencionismo encubierto.
Pero la escalada de la tensión no afecta sólo a Venezuela: las declaraciones del presidente de los Estados Unidos acusando al presidente de Colombia, Gustavo Petro, de liderar “una operación de tráfico de drogas” y el anuncio de suspensión de la ayuda y la imposición de aranceles al país sudamericano añade más leña al fuego en la región. La acusación contra Petro no solo marca un cambio profundo en las relaciones de Estados Unidos con Colombia, sino que refuerza la percepción de que la región está siendo contemplada como un escenario de poder, reafirmando el viejo mantra de la “zona de influencia” con el nuevo de la “hegemonía del hemisferio occidental”, más que como espacio de cooperación.
En este marco, UGT advierte que lo que está en juego no es únicamente un episodio aislado, sino reabrir peligrosos instrumentos de nefastos resultados: normalizar que un Estado ejerza operaciones encubiertas -militares o no- en otro abre la puerta a que múltiples Estados del hemisferio vean vulnerada su soberanía en nombre de causas amplias o ambiguas. El refuerzo militar en el Caribe, la destrucción de embarcaciones consideradas sospechosas, la falta de transparencia en la evidencia de narcotráfico, y las amenazas al Estado colombiano configuran una combinación que fortalece la lógica de confrontación que se da de bruces con el deseo de paz.
Por ello, UGT reafirma su apoyo absoluto a la soberanía, integridad territorial y autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. UGT se compromete con los mecanismos de diálogo, cooperación regional y multilateralismo y rechaza cualquier acción unilateral que ignore los principios del derecho internacional, los derechos humanos y la justicia social.
Asimismo, UGT expresa a las organizaciones sindicales venezolanas y colombianas, así como a la Confederación Sindical de las Américas (CSA) y a otras fuerzas sociales, académicas y gubernamentales de las américas su solidaridad y anima a mantenerse unidas ante nuevos intentos de imposición o intervención externa.
UGT continuará promoviendo un hemisferio de paz, justicia, democracia, libertad, solidaridad y autonomía, donde los pueblos decidan libremente su destino y las relaciones internacionales estén orientadas por el respeto mutuo, no por la fuerza oculta o declarada de un Estado sobre otro.
