Pepe Álvarez: “No subir el salario mínimo ha sido una traición del Gobierno”

Fecha: 22 Ene 2021

Foto: Pablo Monge (Cinco Días)

Entrevista a Pepe Álvarez en "Cinco Días"


Pepe Álvarez (Belmonte de Miranda, Asturias, 1956) dirige la Unión General de Trabajadores (UGT) desde hace casi cinco años. En este tiempo no ha organizado ninguna huelga general contra el Gobierno. Pero ahora planea una campaña de movilizaciones para exigir al Ejecutivo que cumpla con las reformas sociolaborales pactadas entre el PSOE y Unidas Podemos en la investidura. “Los sindicatos no tenemos dinero ni otros recursos para presionar al Gobierno, solo tenemos gente y de eso vamos a tirar”, advierte.

¿Se han solucionado los flecos del acuerdo alcanzado esta semana para prorrogar los ERTE?

Se trata de alegaciones técnicas de carácter jurídico que esperamos que queden recogidas en el decreto que apruebe el Gobierno el martes. Confiamos que la cláusula de mantenimiento del empleo quede garantizada.

Parecía que la patronal no iba a aceptar esa cláusula...

La patronal escenifica mucho siempre y lo ha hecho en todo este proceso y el Gobierno le ayuda porque le da pie, con algunos elementos, a que mantenga esa escenificación.

El Gobierno acaba de presentarles esta semana sus propuestas de reforma laboral y de pensiones que ha enviado a Bruselas. ¿Qué esperan de la reforma de la contratación que incluyen?

Lo primero es que son bastante genéricas para dejar margen al diálogo, como pedíamos. Pero sí marca las líneas en relación con la negociación colectiva, la causalidad del despido (objetivo) y la contratación. En este último punto queremos ir más allá de abordar los contratos de muy corta duración. Debe haber garantías de que esto va a cambiar. Si solo hacemos retoques que las empresas pueden dar la vuelta, como han hecho hasta ahora, no servirá de nada.

También proponen un fondo para financiar ERTE cuando pase la pandemia ¿Cómo sería?

Los sindicatos ya propusimos a Mariano Rajoy la creación de uno de estos fondos, como el existente en Alemania, para completar las prestaciones, que no sale del presupuesto de las prestaciones por desempleo, sería adicional. Sería para grandes empresas y pymes auxiliares en reconversión u otras circunstancias. En España hay que darle vueltas para ver en qué ámbitos se puede aplicar, qué temporalidad tendría y cuál es la parte que pondría cada uno.

En esta negociación, ¿piensan recuperar la autorización administrativa previa de los despidos colectivos eliminada en 2012?

Por supuesto. Ese es el punto de partida. Aunque no dudo que en la negociación podamos encontrar otro sistema que garantice que el proceso sea jurídicamente fiable. No hay ningún otro país europeo donde se pueda despedir sin causas y solo con un proceso de negociación y a expensas de que un tribunal te dé la razón. Eso hay que revertirlo y se puede ir a una autorización previa o a un sistema como el francés que exige un plan social a la empresa. También hay que recuperar las causas de despido (objetivo) previas a la reforma porque ahora las causas son todas: se puede despedir por tener pérdidas o previsión de tenerlas. Y al final el despido colectivo se ha convertido en un coladero de despido libre a 20 días por año y 12 mensualidades.

¿Esperan tener al Gobierno su lado en todo esto?

Definir eso ahora es muy complejo. No sé qué apoyos tendremos, conocemos el de Unidas Podemos públicamente, pero a mí me interesa el conjunto del Ejecutivo. Pero somos conscientes de que para que se cumpla una agenda reformista como la del Gobierno es necesaria la movilización. Por eso vamos a combinar la negociación con la presión.

Entiendo que se refiere a las movilizaciones de febrero con CC OO. ¿Les ha pedido ayuda Podemos?

No. En todo caso se la pedimos a ellos y al PSOE, que más allá de los ministros y ministras, estén claramente comprometidos como partidos en estas reformas. Aunque sé que es complicado que el secretario general del PSOE sea el presidente del Gobierno. Las movilizaciones las habríamos hecho igualmente con la vista puesta en qué ocurrirá al final de la pandemia y por el camino ha surgido otro motivo de protesta: la negativa a subir el salario mínimo. Que no se haya subido es una cuestión de gravedad extrema en nuestras relaciones con el Gobierno. Desde mi punto de vista es una traición.

¿Confían en lograr que suba en la segunda mitad del año?

Sí. Vamos a ganar esta batalla, no sé si en abril, junio o agosto. Pero vamos a recordar al Gobierno cada día del año que es una deuda que tiene pendiente. Va a ser una gota malaya diaria y permanente hasta que lo suban. Y no nos vale un alza del 0,9%. Debe ser una subida que nos coloque claramente en la senda de los 1.200 euros al final de la legislatura.

En cuanto a la parte más polémica de la reforma de pensiones del Gobierno, ¿aceptaría UGT una ampliación del periodo de cómputo junto a la posibilidad de descartar los peores años de cotización?

No. Y poder descartar los peores años ya se tendría que poder hacer con los 25 años que se tienen en cuenta actualmente. Esa reforma tiene que tener dos patas: más ingresos y que el Estado pague los gastos impropios de la Seguridad Social. Pero la propuesta de reforma de pensiones también es muy ambigua y, por tanto, la confío al dialogo social. Dicho esto, no hay ni un solo documento de la Comisión Europea que nos obligue a tocar las pensiones.

¿Y aceptarían que el poder adquisitivo de las pensiones se garantizara en un periodo plurianual?

De ninguna manera. Se que eso lo ha barajado el Gobierno, pero no. Y otra propuesta que se va a caer de manera inmediata es el endurecimiento de las jubilaciones anticipadas. Pero no van a tener un problema solo con nuestra negativa, porque esto lo tienen que llevar al Parlamento. El Gobierno tiene que saber que si no tiene la firma de los sindicatos, el PP no le va a regalar nada en el Parlamento.

Para negociar todo esto, ¿se va a presentar a la reelección en el Congreso Confederal en mayo?

Aún no he tomado la decisión. Estamos muy centrados en la crisis que ha generado la pandemia. Solo me presentaré si hay un interés colectivo en el que yo me vea útil.

¿Se han solucionado los problemas económicos del sindicato?

Los problemas económicos del sindicato no se van a solucionar nunca porque el sistema español está pensado para que los sindicatos vivamos en la más absoluta penuria económica. Pero el sindicato ha hecho un ajuste de gastos muy importante y ha reducido su déficit en más de un 80%.


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Fuente: Cinco Días