Luchando contra las injusticias

Fecha: 26 Jul 2014

​La compañera Jeiddy Maroto fue despedida en agosto de 2013 por padecer una enfermedad adquirida en la práctica de su profesión como camarera, función que realizaba desde el 2001.

Al acudir a Medicsa, clínica que llevaba la vigilancia de la salud del Grupo Vips, se generó un informe en el que se solicitaba a la empresa la fracción de peso para la compañera.
 
Sin embargo, tras el cierre del Tío Pepe, donde ella prestaba sus servicios, fue enviada a una unidad de dos pisos, donde no se respetó las fracciones de peso que podía cargar y no aguantó más.
 
Su muñeca sufrió graves daños y tuvo que acudir a la mutua por su propia salud. Recibió una citación de RRHH, acudió en representación de un delegado de UGT, Rafael Zabaleta, el cual fue testigo de la injusticia sobre Jeiddy.
 
La empresa no tenía sitio para ella y tampoco le ofrecieron la posibilidad de un cambio de unidad que favoreciera la salud de la afectada.
Además, Jeiddy pertenecía al Comité de Empresa de su unidad desde 2011 y, aún así, fue despedida sin importarles que estaba embarazada y padecía una enfermedad heredada de la profesión.
 
Sin embargo, la sección sindical de UGT VIPS no se detuvo, perseveró y luchó hasta conseguir que la primera sentencia saliera favorable a la trabajadora. El fallo está a su favor, otorgándole la razón y cambiando de contingencia su enfermedad, es decir, NO es enfermedad común, como afirmó la empresa.
 
Tras hacer otra demanda por su despido injustificado y discriminatorio, salió la segunda sentencia que, también, ha salido a favor de Jeiddy y se declara su despido NULO.
 
“No estoy inválida y puedo trabajar” aseguró Maroto. Se hizo justicia y la compañera será readmitida en 10 días.
Como sindicato no podíamos permitir esta discriminación hacia la trabajadora que ha luchado durante 1 año por sus derechos y ha tenido la perseverancia de aguantar y esperar.
 
Y...¿qué pasó?. ¡Ha ganado!.
  • Se ha reconocido la contingencia de la enfermedad.
  • Ha demostrado que es una mujer que vale y que no es inválida.
  • Su confianza hacia la Unión General de trabajadores ha sido ejemplar y, por ello, queremos agradecerle su fidelidad.

Este tipo de casos son más comunes de lo que parecen. Las empresas empiezan a ver a las personas como números y no es así. Somos hombres y mujeres que prestamos un servicio y solicitamos respeto a nuestros derechos, a nuestra salud y nuestra dignidad.
 
Desde la sección sindical les animamos a que denuncies -sea quien sea- a la persona que falte a tus valores. Estamos disponibles a través de internet o por los delegados/as que visitan las unidades diariamente.
Fuente: SMC-UGT