La victoria de Bolsonaro es un claro retroceso para la democracia y los trabajadores

Fecha: 29 Oct 2018

La segunda vuelta de las presidenciales brasileñas ha confirmado el peor resultado posible: el neofascista Jair Bolsonaro, representante del Partido Social Liberal, será el próximo presidente de Brasil.

Para UGT, esta victoria, resultado de un proceso democrático, no es sino la culminación de una nada democrática estrategia de sectores políticos, económicos, eclesiásticos, mediáticos y militares para impedir que el Partido de los Trabajadores (PT) volviera a gobernar en el gigante americano. La planificada campaña de la oligarquía brasileña –y de importantes grupos económicos internacionales- comenzó con el golpe parlamentario a la expresidenta del PT Dilma Rousseff y continuó con la infame persecución y condena judicial a Luiz Inácio Lula da Silva al que todas las encuestas situaban como ganador en estos comicios. La Unión General de Trabajadores entiende así que la victoria del fascismo en las urnas no es sino el resultado de una acción antidemocrática de los poderes ultra en Brasil.

La consagración democrática de este proceso en la llamada “cuarta democracia del mundo” sitúa a Brasil ante un panorama francamente peligroso: por un lado, Bolsonaro, que no solo cuenta con antecedentes antidemocráticos y violentos, sino que ha hecho de éstos la base de su discurso y programa electorales, y por otro, el otrora respetabilísimo sistema judicial brasileño, evidenciando la injerencia de poderes políticos y económicos en su funcionamiento. Si la prisión decretada contra Lula en un juicio que, como han denunciado UGT y numerosas organizaciones internacionales, es la constatación de ésta última, la réplica en las calles del programa de acción de Bolsonaro, la caza al disidente, ya se ha plasmado en gravísimos casos de discriminación, incluso de asesinatos.

Política ultraliberal

Para el sindicato, Bolsonaro no sólo representa una amenaza a la paz y la convivencia en Brasil por sus ideas racistas, clasistas, xenófobas, racistas, misóginas u homófobas. En el aspecto económico, el discurso liberal monopoliza un programa económico para el que ha elegido como gestor a en el Ministerio de Economía a Paulo Guedes, un ultraliberal que, tras conocer el resultado de las urnas, ya ha adelantado que pondrá en marcha un programa de privatizaciones de empresas públicas estratégicas y de reducción del gasto público, así como una reforma de la protección social mucho más agresiva que la presentada por el aún presidente Temer y que fue duramente protestada por las mayores organizaciones sindicales brasileñas.

La positiva influencia política, social y económica global que Brasil tenía en el continente también se ve amenazado por el tándem Bolsonaro-Guedes, que han demostrado su desprecio por la integración regional entre los países del Mercosur, bloque al que consideran demasiado rígido para contener su programa liberalizador. Esta concepción del bloque regional es una pésima noticia para un subcontinente en el que la influencia de los intercambios comerciales con Brasilia es fundamental. El desmoronamiento de los gobiernos de izquierda en América Latina tiene en la victoria de Bolsonaro implacable punto y aparte, y el continente se enfrenta a un presente en el que Trump en el norte y Bolsonaro en el sur serán los dos referentes políticos.

Apoyo de UGT a las fuerzas progresistas

El cuarenta y cinco por ciento de los votos que ha recibido en esta segunda vuelta el PT suponen una base fuerte para que la ciudadanía brasileña pueda oponerse de forma democrática al programa entre lo fascista y lo liberal de Bolsonaro. UGT apoyará a todas las fuerzas progresistas que, sin ninguna duda, lucharán por recuperar la paz, la democracia y un gobierno que incluya a todo el pueblo brasileño.

El recién electo presidente consta en su haber con un largo historial de amenazas a la libertad sindical en el país, así como con peligrosos llamamientos contra movimientos sociales, ecologistas, feministas, etc., por lo que la Unión General de Trabajadores quiere volver a mostrar de manera explícita su apoyo a sus organizaciones sindicales y sociales hermanas en el país, que, pese al peligro, serán pieza clave en la resistencia democrática que se plantea a partir de ahora como el nuevo desafío de Brasil. UGT quiere, asimismo, hacer un llamamiento al gobierno de España para que, utilizando su puesto en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en la Cumbre Iberoamericana, y en la propia Unión Europea, para que en el espacio político e institucional trabaje para construir una alianza que frene las graves iniciativas político-sociales de Bolsonaro. Asimismo, el sindicato vuelve a insistir en la necesidad de replantear la política de Cooperación al Desarrollo, incluyéndose, como así está reconocido, a los sindicatos mayoritarios como actores fundamentales de la cooperación y se contemple el fortalecimiento de las organizaciones sindicales y sociales en la región como un área de acción prioritaria.


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Fuente: UGT