La incertidumbre en el mercado laboral urge la intervención de los sindicatos.

En el marco de la jornada "Nuevas realidades del mercado de trabajo", organizada por UGT Euskadi y el Gobierno Vasco, Paula Ruiz aborda la necesidad de adelantarse a los inminentes cambios de un mercado de trabajo inestable con derechos en retroceso.

Fecha: 16 May 2023

Ponentes en "Nuevas realidades del mercado de trabajo"

 

Paula Ruiz, Coordinadora Confederal de la Unión de Técnicos y Cuadros de UGT y Vicepresidenta de Eurocadres, sostiene la obligatoriedad de la presencia de los sindicatos para mantener el contrato social. En la mesa “Profesionales, técnicos y directivos en la configuración del nuevo mercado de trabajo” indicó que la “Revolución digital significa que tenemos que hablar de una necesaria evolución de los compromisos sociales”. Esta evolución destacaría, según Ruiz, con trabajos decentes, seguros y con salarios dignos y cobertura social, sin olvidar la conciliación de la vida laboral, personal y familiarLograr este objetivo implica para Ruiz elaborar estrategias de éxito que alineen el talento de las personas con las necesidades digitales de las compañías.

Establecer un nuevo contrato social donde no se deje a nadie atrás”. Ruiz establece que la educación es la base, y es imprescindible una Alfabetización Digital plena. Esa base daría pie a la auténtica formación profesional continua en el trabajo, diseñada mediante el diálogo social y en función de las necesidades reales, durante la jornada laboral. Destaca en este sentido el papel que desempeñan profesionales, directivos, técnicos y cuadros en el nuevo mundo del trabajo y en los sectores que se configuran en la nueva era digital, así como las consecuencias que tiene para las personas trabajadoras y que, “como sindicato, no debemos ni podemos ignorar por afectarles a ellas y a sus condiciones laborales”.

Sobre los cambios que se pueden dar en la transformación del trabajo, durante la mesa Ruiz expuso a debate factores como el tiempo de trabajo, señalando que hay países que ya han implementado la jornada laboral de 4 días. En el caso español, con una esperanza de vida de 83,1 años, “el objetivo a medio plazo será reducir a 33 años la vida laboral media en función del porcentaje del trabajo que se automatiza, promocionando el empleo en aquellos sectores en que se beneficiarían directamente de la reducción de la jornada laboral, como los relacionados con la salud, los cuidados, el ocio y la ecología”.

 

Ruiz destaca los retos en positivo a los que se enfrenta la sociedad. La Coordinadora Confederal mencionó el estudio de Randstad Research que estima que la digitalización y robotización crearán 1.250.000 empleos netos en España, en los próximos 5 años, de los que 390.000 serán empleos STEM (Science, Technology, Engeniering y Maths); 689.000 inducidos y 168.000 indirectos. 

 

En contraposición Ruiz también planteó una posible polarización de los empleos. “Todo lo que pueda ser automatizado lo será”. La panelista explicaba que podría llegarse a un desempleo cercano al 25% en 2050 ya que los avances tecnológicos han llevado a la automatización de algunos trabajos de cualificación media, administrativos y mecánicos fundamentalmente, y a la externalización de otros, que, al requerir trabajo manual o pensamiento abstracto, no se pueden automatizar aún. “Esta situación puede conllevar el aumento tanto de los trabajos de baja como los de alta cualificación”.

 

Uno de los objetivos que establece Ruiz es el reparto equitativo de la riqueza. Explicaba que el aumento de la eficiencia de la producción por las máquinas debe equipararse a la mejora del bienestar humano, desarrollando nuevos sistemas de reparto de los beneficios empresariales a través de impuestos asociados a las nuevas tecnologías, añadiendo que cuando exista sustitución tecnológica “se deberán repartir los beneficios del incremento de la productividad entre toda la sociedad”.

 

En el apartado del estado de bienestar en la era digital, Ruiz reflexiona que se deben encontrar soluciones estables y viables compatibles con la economía de mercado social que permita, a su vez, un nivel adecuado de protección social para la población. Ruiz indica que una de las dimensiones más importantes de este reto, debe ser “garantizar la financiación a largo plazo del estado de bienestar, para lo que será necesario que se reforme la fiscalidad para que los nuevos modelos de negocio y los nuevos trabajadores tributen adecuadamente”.