Es necesario dotar de recursos a los servicios públicos de empleo para que puedan desempeñar sus actividades a pleno rendimiento
Los salarios necesitan todavía un impulso significativo para que las personas trabajadoras amplíen su poder de compra y consolidar así su recuperación
Fecha: 16 Dic 2025
Los resultados del tercer trimestre de 2025 de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL), publicados hoy por el INE, registran un incremento anual del coste laboral del 3% y del coste salarial del 2,8%. Por lo tanto, el coste laboral se mantiene en el mismo valor que el trimestre pasado mientras que el coste salarial acelera una décima. Por su parte, los costes laborales por hora efectiva trabajada aumentan un 2,6% anual y descontando los efectos estacionales y de calendario se mantiene en la misma tasa de variación.
Con el dato conocido hoy, el coste salarial medio por trabajador en lo que va de año se eleva al 3,1%, con lo que los salarios habrían ganado 5 décimas de capacidad adquisitiva, ya que la inflación, pese a su aceleración de los últimos meses, mantiene un aumento medio en los primeros nueve meses de 2025 del 2,6%. Esta positiva evolución de los salarios reales se debe fundamentalmente, además de a la moderación del IPC tras la crisis inflacionaria de 2022, al positivo efecto del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que ha supuesto un impulso a los aumentos salariales de convenio. Este acuerdo finaliza en 2025, por lo que es imprescindible comenzar ya las negociaciones para consensuar una nueva edición, que tenga como objetivo reforzar la productividad y completar esta recuperación de poder adquisitivo, en un contexto en el que las empresas siguen obteniendo beneficios récord. Para ello, es necesario también introducir nuevos factores a tener en cuenta en la evolución salarial, como la dificultad de acceso a una vivienda por sus elevados precios, tanto en alquiler como en propiedad.
Por otro lado, la ETCL ofrece información sobre el número de vacantes que existen en la economía española, que en este tercer trimestre asciende hasta las 152.677, un 1,4% más que hace un año. La distribución por sectores es de un 88,3% en el sector servicios, seguido del 7,6% en la industria y el 4,2% en la construcción. Por poner en contexto esta cifra, suponen apenas el 0,8% del total del empleo existente, por lo que, en términos globales, no suponen un problema relevante para nuestra economía. De hecho, España es el segundo país con menor porcentaje de vacantes de toda la UE.
En todo caso, para poder solucionar estas puntuales dificultades allí donde se presenten, es necesario, primero, identificar las causas por las cuales existen esas vacantes, que pueden ser de varios tipos: unas condiciones laborales ofertadas muy precarias, lentitud de los procesos selectivos y de contratación, dificultad para cubrir puestos con determinadas cualificaciones de auge reciente o imposibilidad de optar al puesto de trabajo por la carestía de la vivienda. De este modo se podrá determinar cuál es la actuación precisa en cada caso.
No obstante, la presencia de vacantes puede estar reflejando en algunos sectores la ineficiencia de las políticas activas de empleo para intermediar entre la oferta y la demanda de trabajo, entre las personas desempleadas y las empresas con necesidad de cubrir un puesto de trabajo.
Para mejorar las deficientes políticas activas de empleo es crucial desarrollar una cartera de servicios potente y extender una red de orientadores profesionales que presten una orientación personalizada a las personas desempleadas. En consecuencia, hace falta mejorar las capacidades técnicas de los servicios públicos de empleo, crear un catálogo de contenidos mínimos aplicable a todas las CCAA para las personas paradas de larga duración especialmente y profundizar en el diseño de los programas que articulan las políticas activas de empleo de forma que existan unos objetivos definidos y un sistema de evaluación que permita saber si está logrando dicho objetivo. En este sentido, es imperativo dotar de recursos a los servicios públicos de empleo para que puedan desempeñar sus actividades a pleno rendimiento.
En resumen, los salarios necesitan todavía un impulso significativo para que las personas trabajadoras amplíen su poder de compra y consolidar así su recuperación. Sobre todo, para abordar el problema de vivienda existente y facilitar el pago de alquileres o hipotecas para las personas trabajadoras, que ven que cada vez tienen que realizar un esfuerzo mayor para cubrir una necesidad básica. Además, aprovechando el contexto de creación de empleo que atraviesa la economía española, es crucial reformar las políticas activas de empleo para reducir el desempleo y fomentar la creación de puestos de trabajo en sectores de alto valor añadido, que viren el sistema productivo actual a uno más sostenible.
