Guatemala, ante una oportunidad de progreso que debe ser protegida

Tras una primera vuelta repleta de irregularidades impulsadas por sectores políticos, económicos y judiciales conservadores, Guatemala celebró el pasado domingo la segunda instancia de sus elecciones presidenciales, que se saldó con el triunfo del candidato progresista, Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla

Fecha: 21 Ago 2023

Bandera Guatemala

La victoria de Arévalo insufla esperanza en un país gravemente afectado por la corrupción y nefastas políticas conservadoras, así como por el creciente autoritarismo del actual presidente, Alejandro Giammattei, sobre el que pesan numerosas acusaciones de financiación ilegal, acoso contra jueces, fiscales, periodistas, contendientes políticos y ONG’s, etc.

La dura campaña que se ha hecho contra Bernardo Arévalo (que será el primer presidente progresista desde la vuelta a la democracia en 1985 al país más grande y poblado de Centroamérica), por parte de la derecha guatemalteca, no ha conseguido impedir una amplia mayoría sobre su contrincante, Sandra Torres, representante del continuismo de los partidos tradicionales y que centró su campaña en la lucha contra la delincuencia, a lo que añadió diferentes mensajes contra los derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres o de las personas LGTBI. Torres, que ha sido acusada de financiación ilegal en el pasado y mantiene estrechos vínculos con la fiscalía del país, cuya imparcialidad también ha sido fuertemente cuestionada por investigaciones periodísticas y organizaciones políticas y sociales, representaba en esta segunda vuelta los intereses del establishment guatemalteco. 

Numerosos movimientos políticos y sociales independientes, como las principales organizaciones sindicales de Guatemala, han venido alertando respecto de la fragilidad del proceso electoral, debido a la persecución a la que Arévalo y su partido vienen siendo sometidos desde su victoria en la primera vuelta. Por ello, pese a la clara victoria del progresista, no se descarta la continuidad de las acciones que intentan impedir que Bernardo Arévalo asuma su cargo a comienzos del próximo año. Desde la propia fiscalía del país se ha difundido la intención de anular, incluso tras la victoria en segunda vuelta, la candidatura del Movimiento Sevilla. 

A pesar de las evidentes amenazas mencionadas, la victoria de Arévalo supone una buena noticia para Guatemala y Centroamérica, puesto que representa un programa progresista a favor de un desarrollo económico más justo e inclusivo, en un país con elevados niveles de pobreza, informalidad laboral y carencia de servicios públicos básicos, como salud y educación, entre otros indicadores sociales básicos. 

Por otra parte, Arévalo dio un valor central en su campaña a la lucha contra la corrupción, la persecución de organizaciones sociales y la censura periodística, que han situado a Guatemala como uno de los países del mundo donde sindicalistas y trabajadores asumen un mayor riesgo a la hora de realizar su trabajo. Según el Índice global de los derechos de la Confederación Sindical Internacional , Guatemala es uno de los 10 peores países del mundo respecto del cumplimiento de los derechos laborales y sindicales, debido a recurrentes hechos de violencia y persecución (incluyendo asesinatos de sindicalistas), a los altos niveles de impunidad y al incumplimiento de las normas y sentencias judiciales.

Por último, desde la unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), apoyamos al movimiento sindical y popular autónomo guatemalteco (MSYPAG) en su exigencia (se adjunta declaración) al gobierno y las instituciones del estado, para que el resultado de las elecciones presidenciales sea respetado. Confiamos en que, ante esta oportunidad histórica que el pueblo guatemalteco ha construido democráticamente, las organizaciones sindicales de Guatemala tendrán un papel central en el impulso de políticas que mejoren la situación del país y del conjunto de su población.

Manifiesto del movimiento sindical guatemalteco