El discurso de Juncker sobre la UE: muy económico y poco social

Fecha: 13 Sep 2017

​La Unión General de Trabajadores observa con pesar cómo, una vez más, las políticas sociales han sido las grandes olvidadas por el  Presidente  de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en su discurso anual sobre el Estado de la Unión, pronunciado ante el Parlamento Europeo.

Juncker se ha centrado en un visión de la recuperación económica de un cuento de  hadas, mientras que ha olvidado o ha realizado ligeras propuestas en favor de la justicia social, salarios dignos, pobreza infantil, igualdad o derechos de la ciudadanía, al punto que solo ha hecho una breve mención al Pilar Europeo de Derechos Sociales (conocido como PEDS). Ésta es la iniciativa más importante que el presidente tiene que culminar antes de finalizar su mandato.

El Secretario General de la Confederación Europea de Sindicatos, Luca Visentini, ha señalado a este respecto que "sus referencias a la acción climática y la digitalización, por ejemplo, no expresaron preocupación por las posibles pérdidas de puestos de trabajo ni por la necesidad de gestionar los impactos sociales y laborales. Eso es alarmante y peligroso". Nada de lo anunciado por Juncker ha tenido en cuenta el impacto sobre el empleo, el futuro de éste o la redistribución de la riqueza en una Europa empobrecida y cada vez más desigual.

Frente a la repetida y miope visión de una Europa casi solo focalizada  en la moneda común (como lo demuestra el que la propuesta estrella haya sido la Eurozona para  todos los países de la UE), UGT reitera que la política en moneda única debe ir acompañada de un capítulo social igual de fuerte y ambicioso. Para ello es necesario  para ello modificar el Semestre e incluir en él aspectos sociales y recomendaciones en esta materia en igual forma y concreción que las que se realizan para la política económica, con especial mención a las desigualdades salariales en toda Europa, especialmente entre el Este y el Oeste, el Norte y el Sur.

Para la Unión General de Trabajadores, aunque la idea de un Ministerio Europeo de Economía y Finanzas resulta interesante  -y podríamos estar de acuerdo en que su titular debe ser una o un comisario que también presida el Eurogrupo-, la propuesta de un Fondo Monetario Europeo puede ser positiva (siempre y cuando sea un Fondo de la UE, y no intergubernamental, en línea con la opinión de UGT y otras organizaciones sindicales europeas de crear un Tesoro Europeo),  a nuestros ojos estas propuestas nacen también deslucidas a no acompañarse de otras en materia social.

UGT recibe positivamente la determinación que ha mostrado el presidente para  garantizar la revisión de la Directiva de los Trabajadores desplazados aunque, sin un enfoque  más firme, será difícil garantizar la igualdad salarial entre este grupo de personas.

El sindicato da la bienvenida también a la propuesta de creación de una Autoridad Europea del Trabajo, que esperamos se concrete y cuente con la participación activa de las organizaciones sindicales para elaborar y poner en marcha la propuesta, así como en la gestión del mecanismo  cuando se ponga en marcha. Asimismo, acogemos con satisfacción el anuncio de una Estrategia de Política Industrial, aunque el anuncio a sonado en exceso falto de concreción.

Ha sido también pobre y poco valiente su intervención en materia de migraciones y  refugiados, y aunque el presidente Juncker haya hecho especial mención a los esfuerzos de la Comisión en circunstancias difíciles. UGT se opone frontalmente a pagar a un tercer Estado (Turquía) para mantener a los refugiados fuera de Europa mientras la respuesta de los Estados miembros es bastante vergonzosa.

Juncker, en su intervención, tampoco ha hablado sobre cooperación y paz, pero sí sobre actuar con más contundencia contra el terrorismo y aumentar la defensa, mayores esfuerzos y la creación de un fondo de Defensa Europeo real y efectivo. A juicio de UGT, esto vuelve a poner de manifiesto la pérdida de liderazgo de una Unión Europea que fue bandera de libertad, paz y derechos y que ahora repliega estas ambiciones  
y cede a la línea militarista y proteccionista.

Fuente: UGT