Con motivo del Día Internacional de la Paz, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) reitera que la paz es condición indispensable para garantizar el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y para construir sociedades justas, dignas y seguras.

UGT subraya que, especialmente en el contexto actual, la paz no debe entenderse como un hermoso ideal abstracto, sino que es una necesidad urgente de la clase trabajadora frente al aumento de los conflictos armados, la vulneración sistemática de derechos y la amenaza constante a la estabilidad social y laboral.

UGT denuncia que las guerras se multiplican y se están convirtiendo en un mecanismo “normalizado” para resolver disputas internacionales, desplazando el diálogo, el multilateralismo y la diplomacia como mejores instrumentos para la resolución de conflictos. A la equivocada dinámica se suman el aumento de los discursos de odio por parte de grupos políticos disruptivos y antidemocráticos en todo el planeta y un proceso de rearme generalizado que desvía recursos hacia el gasto militar destinado al ataque en detrimento de los servicios públicos y la protección social, lo que golpea directamente a la clase trabajadora y profundiza las desigualdades.

Esta espiral de violencia tiene consecuencias devastadoras: miles de víctimas mortales, violaciones masivas de derechos humanos y un retroceso alarmante de libertades básicas como la de expresión, asociación y sindicalización. En muchos países, los derechos laborales y sindicales se ven amenazados por la represión, la criminalización de los movimientos sociales y el silenciamiento de voces críticas.

En este contexto, UGT pone el foco en algunos de los escenarios más graves de la actualidad: la invasión rusa de Ucrania, que mantiene a millones de personas bajo el horror de la guerra, el genocido en Palestina a manos del Gobierno ultraderechista de Israel, guerras civiles en Sudán y la República Democrática del Congo, violencia en Siria y el Sahel, así como la guerra contra el crimen organizado en México y Haití.

UGT, miembro de la Confederación Sindical Internacional (CSI), mantiene estrecha relación con sindicatos que sufren diariamente las consecuencias de la guerra y cuyo trabajo merece todo nuestro reconocimiento, solidaridad y admiración.

Asimismo UGT critica con dureza la ineficacia de Naciones Unidas para frenar estas matanzas y cuestiona la pasividad —cuando no complicidad— de gobiernos occidentales que actúan con un doble rasero en la defensa del Derecho Internacional.

Frente a esta realidad, UGT exige a las instituciones europeas coherencia y compromiso en la defensa de los derechos humanos, sin excepciones ni indulgencias en función de los actores implicados. De igual modo, y través de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), UGT defiende una política europea comprometida con la defensa de la paz y la resolución diplomática, justa y duradera de los conflictos armados.

En este Día Internacional de la Paz, UGT reafirma que sin paz no puede haber dignidad, libertad, justicia social ni derechos humanos efectivos. La organización recuerda que los derechos humanos son universales y no admiten distinciones de clase, género, raza, religión u opinión política. Por ello, la paz es la base imprescindible para avanzar hacia un mundo más justo, equitativo y seguro para todas las personas.