Seguir subiendo los salarios, esencial para cerrar la brecha originada por la subida de precios

El sindicato advierte de que la política del BCE supone es una amenaza para el crecimiento de las economías europeas

El IPC del mes de marzo publicado hoy por el INE, sitúa la inflación anual en un 3,2%, cuatro décimas más que en febrero, un significativo repunte que se debe al encarecimiento de los productos energéticos, con un incremento del precio de la electricidad y los combustibles del 7 y 3,2%, respectivamente.

Por su parte, la tasa subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, se reduce dos décimas respecto al mes anterior, alcanzando una variación anual del 3,3%, su nivel más bajo desde febrero de 2022. Con lo que se acumulan ocho meses consecutivos de descenso interanual.

En cuanto a la evolución por grupo de productos, los alimentos siguen incrementando su precio, registrando una tasa anual del 4,4%, si bien supone un 1 punto porcentual menos que en febrero. Con ello, el ritmo de crecimiento prosigue su senda de desaceleración.

Entre los productos que mayores incrementos anuales reportan, destacan el aceite de oliva (un 70%), los paquetes turísticos nacionales (20,2%) y las patatas (un 10%). En sentido contrario, el gas natural (-20,2%) o las legumbres y hortalizas (-9,2%) registran algunos de los descensos de precios más señalados.

De manera que la normalización del tipo impositivo en la factura energética, tras casi tres años manteniendo un IVA reducido, explica el incremento de la tasa general en marzo, por lo que resulta necesario vigilar con detenimiento la evolución de la misma en los próximos meses. Igualmente, sigue siendo esencial mejorar el conjunto de medidas destinadas a combatir la pobreza energética, que en el último año afectó al 20,7%, hasta 3,6 puntos más que en 2022.

Impulsar el consumo y la inversión 

Por todo ello, UGT lamenta que el BCE anunciase, en el día de ayer, la decisión de mantener los tipos de interés. Tanto en España como en la Zona Euro la inflación se ha moderado notablemente en los últimos meses, por lo que el encarecimiento de precios solo tiene lugar en un grupo muy concreto de productos. En consecuencia, el mantenimiento de esta política no solo no se ajusta y adapta al contexto actual, sino que supone además un lastre en los niveles de inversión y consumo de empresas y hogares, mermando así el crecimiento económico de las economías europeas.

Por último, cabe señalar que la subida salarial pactada en lo que llevamos del año (hasta marzo) ya se sitúa en el 2,9%, equiparándose prácticamente a la cifra que marca el nuevo AENC (2022-2025), que recoge un alza salarial del 3% para este año, incorporando cláusulas de revisión con incrementos de hasta un 1% en caso de que el IPC interanual al cierre del mismo fuese superior. Ese es el rumbo que se debe mantener, puesto que seguir impulsando el incremento salarial será beneficioso para terminar de cerrar esta brecha, así como promover la inclusión de cláusulas de garantía salarial en los convenios, una de las herramientas más eficaces para garantizar el poder adquisitivo de la población trabajadora.
 

 


Fuente: UGT