La victoria de Miley, una pésima noticia
UGT redoblará su compromiso y sus esfuerzos con las organizaciones sindicales argentinas en pro de la democracia, los derechos humanos, la soberanía económica y el avance de la clase trabajadora
Fecha: 20 Nov 2023
El ultraderechista Javier Milei ha conseguido una contundente victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina lo que le convertirá en el próximo presidente del país. Su triunfo, supone una pésima noticia para la democracia del país sudamericano y para la cohesión política y social del subcontinente, así como para las posibilidades de un desarrollo económico inclusivo que resuelva los principales problemas sociales y económicos, como el elevado índice de pobreza y los obstáculos macroeconómicos crónicos que lastran la economía argentina.
El éxito en las urnas de ultra Milei, que habla del Estado como “enemigo” y se define como antiabortista, defensor de la compraventa de órganos humanos o del libre acceso a armas de fuego, indica un evidente cambio de ciclo político en Argentina. Es indudable que algunas de las motivaciones principales que explican el contundente resultado electoral tienen que ver con el fracaso del actual gobierno argentino a la hora de dar solución a problemas endémicos de la economía del país, como la inflación y la devaluación del peso frente al dólar.
Sin embargo, las propuestas de Milei, como la dolarización o la supresión del banco central, no apuntan hacia una solución de estos problemas para el beneficio del conjunto de la población sino para el de sectores concentrados de la élite que ven en dichos cambios mejores posibilidades para aumentar sus beneficios y su capacidad de acumulación. Las propuestas ultraliberales del candidato vencedor, en el caso de que sean aplicadas, tendrían un enorme impacto en la mayoría de los trabajadores y trabajadores del país y el conjunto de la población, que se ve afectada por índices de pobreza que afectan a más del 40% de las argentinas y los argentinos.
El enorme fracaso económico de la experiencia del gobierno derechista de Mauricio Macri, quien gobernó el país en el periodo 2015-2019 y ahora pasa a ser la llave de la gobernabilidad, es la mejor prueba de que los problemas estructurales de la economía argentina implican una complejidad que no puede abordarse con recetas mágicas, sino que requieren de un ambicioso compromiso social y político, algo que Milei no ha defendido nunca.
Milei cuestiona incluso los derechos humanos
El peligro que supone la antiagenda de Milei no se reduce únicamente al aspecto económico (donde se verá influido por Macri y los intereses de los más poderosos), sino que, en un evidente retroceso democrático, incluye el cuestionamiento de la política de derechos humanos que Argentina ha desarrollado en los últimos veinte años frente a los crímenes de la última dictadura militar (1976-1983). Buena prueba de ello es la declarada defensa que la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarroel, hace de los militares condenados por genocidio y crímenes de lesa humanidad en los juicios celebrados bajo el amparo de la mencionada política de Estado. Asimismo, la descerebrada cartera política del futuro presidente del país –famoso por hablar con su perro a través de una médium-, muy celebrada por la ultraderecha y ultraliberales de España (como Abascal o Isabel Díaz Ayuso), significará un quiebro del avance de la integración continental promovida por Brasil, Chile o Colombia.
Las confederaciones sindicales argentinas, que fijaron una posición clara de rechazo al candidato Milei, jugarán un papel clave en la oposición social y política frente a la agenda antisindical del nuevo presidente, que tras conocerse los resultados anticipó que intentará imponer reformas estructurales radicales desde el principio de su mandato, entre las que podrían encontrarse también una reforma laboral regresiva, recortes del gasto social, privatización de empresas públicas y despidos masivos en el sector público, entre otras medidas.
UGT se compromete a redoblar sus esfuerzos y compromiso con las organizaciones sindicales argentinas, CGT, CTA Autónoma y CTA de los Trabajadores, en pro de la democracia, la soberanía económica, el avance de la clase trabajadora y la defensa de los derechos humanos en su país.