Hay que recuperar las cláusulas de revisión salarial
Fecha: 12 Nov 2021
UGT advierte sobre el peligro de una subida de los precios sostenida en el tiempo y aboga por incluir cláusulas de revisión salarial en todos los convenios que se firmen para asegurar el poder adquisitivo de las personas trabajadoras. Considera necesario derogar las reformas laborales y que el Gobierno siga adoptando medidas para frenar la subida incontrolada de los productos y suministros esenciales y que refuerce la red de protección social. El objetivo es garantizar una recuperación económica y social justa.
Los últimos datos del IPC confirman que se está produciendo un intenso encarecimiento del coste de la vida que puede acabar comprometiendo la situación socioeconómica de millones de hogares, y en especial los más vulnerables. Sobre todo, si, como está ocurriendo, el precio de productos esenciales, como la electricidad, no deja de aumentar en el tiempo y los salarios no crecen lo suficiente para hacer frente a estos incrementos; lo que indudablemente tiene una incidencia directa sobre la salud y la calidad de vida de las personas trabajadoras.
Hay que tener en cuenta que los salarios de convenio registrados hasta el mes de octubre están aumentando sólo un 1,55%, frente a un aumento medio del IPC que, a final de año, se situará previsiblemente cerca del 3%. Es decir, que en 2021 los salarios perderán cerca de un punto y medio de poder de compra, a pesar de ser un año de recuperación económica. En este contexto, cobra especial relevancia la inclusión de cláusulas de revisión salarial en todos los convenios que se firmen, para proteger los incrementos salariales pactados de los aumentos sobrevenidos de la inflación, que no han sido tenidos en cuenta en el momento de la firma, pero que pueden arruinar las expectativas económicas de millones de familias trabajadoras.
Igualmente, y ante esta situación, el Gobierno debe continuar sosteniendo las rentas de los trabajadores y trabajadoras mediante los diferentes instrumentos de la red de protección social, ayudando a impulsar el consumo privado y la recuperación económica. Hay que tener en cuenta que el incremento de los precios energéticos puede implicar aún efectos perjudiciales añadidos, derivando en un aumento de costes que puede ser letal para autónomos y pequeñas empresas, con menor margen de maniobra que las grandes, cuya única opción de supervivencia sea el traslado del sobrecoste al precio final de los productos y servicios. Todo ello puede terminar por estrangular la incipiente reactivación económica.
Por ello, es necesario asegurar que las familias cuentan con los recursos económicos suficientes para responder a este nuevo contexto, y aprovechar de manera eficiente los fondos europeos para reforzar la actual política económica expansiva y continuar apoyando la recuperación y la creación de empleo de calidad de manera que, efectivamente, nadie quede atrás.
En esta línea, UGT considera absolutamente imprescindible que el Gobierno acelere las negociaciones para derogar, cuanto antes, las reformas laborales, en especial la de 2012, que fomenta la precariedad laboral y los bajos salarios. Es necesario que se cree un nuevo marco de relaciones laborales que asegure unas condiciones salariales y laborales justas para los trabajadores y trabajadoras. Acabar con la excesiva temporalidad y la parcialidad involuntaria, a la par que restablecer la prevalencia de los convenios sectoriales sobre los de empresas, son cuestiones indispensables para dejar atrás la inseguridad y precariedad del empleo en nuestro país.
Paralelamente, también es necesario asegurar el bienestar de las personas que se encuentran fuera del mercado laboral, aumentando la efectividad de las Políticas Activas de Empleo, para que las personas desempleadas consigan cuanto antes un empleo de calidad y ampliar el alcance de las medidas de protección social, necesarias para asegurar que la recuperación económica no se haga en detrimento de la población más vulnerable.
Datos
Los datos publicados hoy por el INE presentan una tasa de variación anual del IPC del 5,4%, un punto y medio superior a la registrada en el anterior mes. Se trata de la mayor variación anual desde septiembre de 1992.
Este incremento viene motivado principalmente por el grupo Vivienda, que registra una variación anual del 20,5%, debido al aumento de los precios de la electricidad, que se incrementan anualmente un 62,8%, la mayor subida de la serie histórica para este producto; seguido de la partida de Transporte, que aumenta hasta el 12,3% a consecuencia de la subida de los precios de los carburantes y lubricantes para el transporte personal.
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye los productos energéticos y los alimentos no elaborados, registra una variación anual inferior, del 1,4%, superior en cuatro décimas a la registrada en septiembre; dato que obliga a estar alerta ante posibles incrementos estructurales del nivel general de precios.