Hay que seguir apoyando a las familias para asegurar el crecimiento económico

UGT considera que para impulsar el crecimiento económico es fundamental mantener una política fiscal de apoyo a los hogares y un cambio en la política monetaria, para favorecer las inversiones, claves para la transformación del modelo productivo.


El INE ha publicado hoy el avance de los datos del segundo trimestre de 2023 sobre Contabilidad Nacional Trimestral para la economía española. Cabe destacar el aumento de la tasa de variación trimestral del PIB, que se sitúa en un 0,4%, lo que se traduce en términos interanuales en un aumento del 1,8%. De nuevo, estos datos confirman la recuperación de la economía después de la crisis de la Covid-19 y de la guerra de Ucrania, esta última amortiguada en buena medida gracias al control de la inflación por parte del Gobierno.

Además, estas cifras se prevén que sigan evolucionando positivamente en los dos trimestres posteriores, en consonancia con las previsiones de organismos internacionales como el FMI, que justo estimó este martes el crecimiento de la economía española en un 2,5% para este año.

No obstante, UGT considera que la política monetaria restrictiva del Banco Central Europeo (que elevó ayer los tipos al 4,25%) está dificultando que los buenos datos ofrecidos por la economía española el año pasado puedan consolidarse durante este ejercicio. Mientras, las familias ven encarecidas sus hipotecas y las empresas reducen la inversión en la economía productiva debido al mayor coste de los créditos. El BCE debe dejar de endurecer las condiciones de financiación que no ayudan ni a familias ni a empresas y que tiene un impacto reducido en la inflación. 

Respecto a los datos publicados por el INE, en el lado de la demanda, el consumo final de los hogares refleja una desaceleración por cuarto trimestre consecutivo (0,5% anual frente al 1,7% del pasado trimestre), debido a una reducción del consumo tras el shock que supuso la elevada inflación. Ésta ha generado una pérdida de poder adquisitivo de 5,2 puntos porcentuales en 2022 y de 8 décimas en 2023, menor en este año gracias a la moderación de la inflación en los últimos meses y a las mayores variaciones salariales, aunque la inflación media del año sigue en un 4,1%, mientras que las subidas salariales se cifran en un 3,3%. La buena noticia es que la subida de los convenios firmados este año, con efectos en 2023, es del 4,21%, lo que refleja que se está recuperando poder adquisitivo, por lo que es imprescindible que se despliegue todo el potencial del reciente AENC que se ha firmado recientemente para recuperar poder de compra en este año y contribuir al crecimiento económico. 

El aspecto más positivo de los datos de demanda es que la inversión aceleró su crecimiento en este segundo trimestre, siendo su tasa anual un 2%, frente al 0,6% del trimestre precedente.   

Mientras que por el lado de la oferta se registra un crecimiento muy positivo del sector de la construcción (5,4% anual) y de los servicios (2,1%), seguidos por el sector primario (0,5%) y la industria, que no ha crecido. Para ampliar el potencial que tienen los sectores económicos es crucial asegurar que las inversiones realmente lleguen a ser efectivas y cumplan con los objetivos establecidos por la transición verde y digital, por lo que se debe seguir cumpliendo con la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el cual ha incluido adecuadamente algunas de las necesidades que los interlocutores sociales identificaron, y que han supuesto en 2022 un impacto positivo en el PIB del 1,9%. Es fundamental que se retome el ritmo de ejecución en este segundo semestre que se registró a finales de 2022, ante la ralentización que está teniendo en los últimos meses. 

En resumen, la economía española se muestra resiliente, con una inflación cada vez más controlada (1,9% anual en junio) y creciendo en valores más altos que sus homólogos europeos. En este contexto, es fundamental que se mantenga una política fiscal de apoyo a los hogares para acelerar el crecimiento económico, así como un cambio en la política monetaria que favorezca las inversiones clave para la transformación del modelo productivo.


Fuente: UGT