Por tercer año consecutivo, se alcanza un gasto máximo histórico, que debe impulsar unos Presupuestos Generales del Estado para 2023 que supongan un refuerzo estructural del Estado de Bienestar y apuntalen una salida a la crisis basada en la solidaridad y la justicia social, evitando así un nuevo recorte de la calidad de vida de las familias de nuestro país